-He preguntado en la oficina de la compañía una y otra vez en donde vive y no mas no quieren decirme… - Aioria se paseaba como león enjaulado por la sala del departamento.
Desde que leyó las palabras de Shaka en el papel que Afrodita le entregó, el joven universitario había hecho todo lo posible por hablar con Shaka, había ido al teatro por la mañana durante los ensayos y clases, pero no había conseguido ni siquiera pasar de la puerta. Esperaba hasta que salían por la tarde, pero ni así pudo encontrarse con él, interrogó a músicos, bailarines y personal de mantenimiento que salían a lo largo del día pero nadie le dio una respuesta satisfactoria.
-Aioria si sigues faltando a clases perderás el semestre… - Mu estaba preocupado por su amigo, técnicamente había abandonado sus estudios por buscar a Shaka.
-Mu, eso es lo que menos me importa en estos momentos, Shaka está en problemas, lo se por lo que escribió en este papel…
-Si ya lo he leído varias veces…
-Además está el detalle del golpe en el rostro de su amigo… y casi puedo apostar que Shaka también tenía moretones y por eso se tapaba con el cuello de su abrigo… ¡Tengo que ayudarlo!
-Recuerda lo que dijo tu hermano, Shaka debe ser el protegido de algún aristócrata y si te metes y tratas de quitarle a su noviecito puedes ganarte un enemigo peligroso… Podrías terminar en Siberia o en el peor de los casos muerto.
-Pues no me rendiré, mañana intentaré entrar al teatro una vez mas…
-Solo lograrás pasar si trabajas allí.
-¿Que dijiste?
-Que solo trabajando allí podrás entrar… - Los ojitos de Aioria se iluminaron ante tal revelación – Ay no, te buscarás un trabajo en… pero Aioria, ¿que podrías hacer tu en un teatro? Naciste con 2 pies izquierdos, y ni la puerta sabes tocar bien…
Haciendo caso omiso de las “alagadoras” palabras de Mu, Aioria se dispuso a salir, se colocó su abrigo y una gorrita con vicera. Se acercó a la puerta y casi recibe un golpe tremendo con ella, cuando se abrió de repente.
-¡Amigos… el Zar Nicholas II ha abdicado!
Milo estaba agitado, sin duda había estado corriendo por largo rato.
-¡¿Pero como!? – Mu se levantó al escuchar la noticia.
-Al parecer firmó bajo presiones de la Duma y los soviets . Y se dice que abdicó en favor de su hijo, el Zarevich Alexei.
-Pero es demasiado joven para gobernar… jamás lo aceptarán, la gente ya no quiere un gobierno zarista… - Aioria aun seguía parado junto a la puerta abierta.
-Esto se podrá muy feo…- Milo ahora respiraba ya con mas calma.
-Iré a buscar a mi hermano, lo habían asignado al resguardo del Palacio de Invierno y luego me iré al teatro… Nos vemos.
Tras decir esto Aioria salió cerrando la puerta detrás de él.
A la misma hora, Shaka entraba a la Escuela Imperial de Ballet, que se encuentra ubicada a espaldas del Teatro Mariinsky. Era día de visita y el rubio bailarín tenía muchos deseos de ver a su hermanito Hyoga que a sus 14 años cursaba el 4º grado de ballet. Se encontraron en su pequeño dormitorio.
- ¿Como has estado?- Shaka estaba sentado en la orilla de la cama, sus ojos miraban serenos a Hyoga quien estaba sentado justo enfrente en la silla de su escritorio.
- ¡Muy bien! Cansado, el 4º año es más difícil de lo que pensé. ¿Y tu?
-Estoy bien…
-Te vi bailar como el Ídolo Dorado el otro día, estaba a un lado del escenario. Estuviste perfecto, eres como un dios… Como puedes hacer esa combinación de pirouettes tan compleja? Lo intenté al día siguiente pero no me salió…
-Solo mantén tu eje de gravedad en el centro sin importar que cambies de posición de brazos o piernas, y piensa en alargarte como si quisieras ir hacia arriba, no en girar.
-Eso haré… Oye porque no me buscaste al terminar la función, sabias que estaba allí, que había repartido los programas de mano.
-Tuve que irme rápido, el gran duque quería que lo acompañara a cenar…
-¿Eres su amante? ¿Por eso nos da dinero y me patrocina? – Shaka se quedó helado ante las palabras de su hermano. – ¿Y él es quien te golpea verdad? No creas que no me he dado cuenta de los moretones y las lesiones…
Shaka desvió la mirada, no podía seguir sosteniendo la de su hermano, trató de mantenerse lo mas clamado posible y que su rostro no reflejara lo que estaba sintiendo.
-El maestro Navokob me ha dicho, que este mes mejoraste mucho… incluso tendrás el honor de bailar con la compañía en la puesta de “El Lago de los Cisnes”...
-Shaka mírame y contéstame. – Hyoga se acercó a su hermano y tomando su rostro entre sus manos, lo obligo a voltear y mirarlo de frente.
- No es lo que tu piensas… el duque es nuestro patrocinador y…
-¡¿Y que!? Eso no le da derecho a golpearte o forzarte a hacer… cosas.¡Denúncialo a la policía!
-Hyoga baja la voz…
-No, que se enteren la clase de cabrón que es el tal duque!!!! – el jovencito manoteaba con enojo.
-Hermano por favor… - Shaka le cubrió la boca con su mano derecha al tiempo que lo sujetaba con la izquierda. Hyoga se fue calmando y después se separó de su hermano, esperando una respuesta.
-Hyoga, no puedo denunciarlo… Tal vez en otro país, en otro tiempo conseguiría justicia, pero aquí y ahora, sería su palabra contra la mía, él es un gran duque, primo del Zar… ¿y yo? Yo soy un campesino que resultó ser bueno para bailar. ¿A quien crees que le creerían?
-¡Pero tu tendrías la razón!
-Las cosas no son así de fáciles… - Shaka estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no perder la calma – Y en el remoto caso de que todo resultara a mi favor y me dejara en paz, ¿que crees que pasaría con nosotros? Con lo que me pagan por bailar no me alcanzaría para alquilar un lugar donde vivir, y al mismo tiempo pagarte la escuela de danza, sin patrocinador te echarían de inmediato; y los lugares de beneficencia que ofrece la institución están todos ocupados. Tendríamos que dejarlo todo y muy probablemente terminaríamos en la calle, o te enviarían de regreso al orfanato.
Lo dos hermanos se miraban, Hyoga comenzó a llorar y Shaka se levantó al instante y lo abrazó en silencio.
El sonido de alguien llamando a la puerta hizo que se sobresaltaran. Soltaron el abrazo y Hyoga se limpió las lágrimas.
-Adelante…
Afrodita abrió la puerta, se le notaba agitado, pero una sonrisa parecía asomarse en sus labios.
-¿Que tal Hyoga? Shaka hay noticias. ¡El zar abdicó!
Los ojos de Shaka se iluminaron con el rayo de esperanza que tal noticia brindaba.
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